viernes, 21 de diciembre de 2007

Alpujarra: Un paseo por el otoño




El pasado día 4 de diciembre (coincidiendo con el cumpleaños de mi hermano), pude realizar una actividad extraescolar a las Alpujarras Granadinas, más concretamente al Barranco del Poqueira.






El camino fue bastante largo, pasando por Salobreña, unpo de esos típicos pueblos andaluces, con sus casitas blancas y su alcazaba. También por Lobres, una pedanía de Salobreña, que tiene una iglesia con un campanario, preciosa. Crucé el puente el Embalse de Rules, que llevaba bastante agua, como siempre. Ascendí el valle, poblado por pinos y distintos árboles, en el que se encuentra Órgiva, donde es tradición una fiesta de la mantanza.











Llegué a Pampaneira. Desde allí se veía un bonito paisaje otoñal, con colores amarillos, marrones, ocres y anaranjados. La vista era digna de foto (el servidor le hizo unas cuantas) y de recordar.









La Fuente de Chumpaneira es una fuente de aguas limpias y heladas que en su cabeza decía una poesía:




"No digas nunca de esta agua no beberé,


pues esta fuente que aquí ves


es fuente de la virtud


y tiene tal magnitud


que a beber su agua invita


la confirmó un devoto


que feligrés fue de esta iglesia.



Y soltero que la bebe con intención de casarse...


¡no falla pues al instante...


novia tiene ¡ya lo ves!




Bajé a la Plaza, enfrente de la iglesia, donde comí e hice fotos. Bajaba un pequeño río de agua potable, donde un gatito gris bebía agua, y alguna que otra bodega. Entré en un museo donde se exponían cosas típicas de la Alpujarra, como una máquina de tejer tradicional, una breve explicación sobre la miel (la alpujarreña está buenísima) piedras, tejidos y una tienda de souvenirs donde se vendían postales y demás. Después yo (solo yo) fui a curiosear un poco el colegio de Pampaneira (muy pequeño), donde sólo había unas 5 clases.

Fuí al lavadero municipal, donde antes todo el pueblo iba a lavar la ropa, con agua limpia y fría.



Ya en camino a Capileira, se podía contemplar una panorámica preciosa del otoño, puesto que Capileira es uno de los pueblos más altos de España. Cuando llegué, estaba en la Plaza del Ayuntamiento, íntimo y pequeño. Algunos se tomaron un piscolabis y otros (como yo) compramos postales. Se veía un árbol de kaki, con frutos maduros. También conocimos a Mimí, una mujer que vendía collares, pulseras y demás.



Más tarde, fui a un mirador para dibujar. Se veían los picos nevados, y era algo que guardé en mis recuerdos para siempre. Los dibujos no salieron del todo muy bien, pero algo es algo... Luego comimos (bocadillos en la gran mayoría).



Ahora haríamos algo bonito y duro a la vez. Bajaríamos por el Camino de Abuchite hasta las aguas bravas del río Poqueira. Este paisaje era precioso. Ese ruidos de las aguas que bajan, esas hojas caídas que eran propias del otoño, ese puente de madera blanca... Hasta vimos una cabra y el cráneo de una cabra. Un tropezón casi me rompe un hueso de la nariz, y mi cantimplora estuv a punto de morir ahogada en el río.



Muy bonito eso pero después... no quiero ni recordarlo. Teníamos que subir una cuesta de... ¡UN KILÓMETRO Y MEDIO! Bajar es muy fácil pero subir... Hacía excesivo calor (unos 25º) y eso que en la nota ponía: "Tenéis que llevar ropa cómoda y de abrigo". Creía que no aguantaría más.






Pero al final, sano y salvo, llegué arriba. Bebí de esa agua tan fría y deliciosa. Y al final hubo premio. En la Plaza vimos a unos burritos muy lindos. Vimos de nuevo a Mimí, que nos enseñó el camino para ir a Bubión, el último pueblo que veríamos.



El camino era precioso, y vimos varios riachuelos de agua y castañas por el suelo. Más que la Alpujarra parecía la Comarca Vaqueira (en Asturias). Por fin, después de tanto caminar, hicimos un alto, donde la merienda sería devorada.



Al fin, en Bubión, al lado del Restaurante Teide, cogimos el autobús, que a las 18: 15 nos hubiera dejado en Almuñécar.



Las excursiones son geniales.

***PINGUIPABLO***

4 comentarios:

Albert dijo...

Preciosa entrada,me encanta todo lo que has contado,realmente precioso.No podría explicarlo mejor.

Jara dijo...

Ay qué gracioso mi enano como describe sus excursiones. Qué ganas tengo de verte mañana!

Len dijo...

Las excursiones son geniales, sí. Siempre que el autobús no te deje tirado, que es lo que nos suele pasar a nosotros.
Feliz Navidad!

Anónimo dijo...

Jiji, ¡¡gracias!!