Dos años sin excursiones

Mis compañeros y yo en la excursión a Píñar

Un día lluvioso de mayo, el maestro nos sorprendió diciéndonos que íbamos a ir a Píñar, un pueblo de 1.376 habitantes.

Esto me sorprendió ya que nos quedamos dos años castigados sin salir de excursiones por la culpa de los que fueron de viaje de estudios (entre ellos mi hermano Carlos) y mi otro hermano no pudo hacer un viaje de estudios.

El pasado 22 de mayo fuimos a este pueblo. Bueno, cuando salimos llovía a cántaros. Más bien a cantarones porque llovió mucho más de lo que me esperaba. Mucho más de lo que me esperaba hasta Taramay porque cuando llegamos a este barrio (mi barrio) ya no llovía casi nada.

Cuando llegamos allí, un pequeño pueblo lleno de amapolas, nos subimos en un pequeño tren urbano "Veiculo longo" que nos dirigio a la Cueva de las Ventanas y de la Carigüela, un recorrido de 700 metros que nos enseñaron las cosas que hacían los primitivos, Homo Sapiens y Neardhentales (no se como se escribe, perdón si he escrito alguna falta) entre otras especies de humanos. Había un tobogán (agujero) de 32 metros que si te tirabas por ahí nunca volverías a ver la luz. Y había otro barranco de 22 metros que poco hacías si te tirabas por ahí.

Después de esta visita a la cueva nos dirigimos a la granja-escuela "El Castillo" a desayunar un apetitoso bocadillo que traiamos de casa y después de este desayuno nos fuimos a un taller donde hicimos un cuchillo con piedra silex, un trozo de corcho y pegamento de resina de pino natural.

Después de este taller, fuimos a un museo donde se exponían artilugios que los habitantes de Píñar utilizaban en el pasado. Artilugios de lo más interesantes, de lo más interesantes.

Después de esta visita al museo, fuimos a comer un plato de macarrones, patatas fritas y nuggets de pollo(no me hace gracia comer nuggets) y un helado, una comilona enorme pero muy rica.

Luego fuimos a ver como hacían el fuego los primitivos, con un rido de esparto y algo más que no me acuerdo muy bien de que era pero fue tan impresionante que despertó la atención de todos los que veían este espectáculo.

Luego, fuimos al animalario donde había jabalíes, avestruces, cabras, ovejas, perros, ponys, burros, cerdos, pavos reales y como no, gallinas. Esto fue muy guay ver estos animales en esta granja-escuela.

Por último, fuimos a un taller donde grabamos pinturas rupestres en un trozo de pizarra, por ejemplo, yo hice un grabado rupestre de peces nadando.

Luego, sobre las 18:30 llegamos a Almuñécar a enseñarle las fotos de la excursión a mi madre y a contarles la excursión